¿Por qué meditar? Meditar es una práctica que ha demostrado tener muchos beneficios para la mente y el cuerpo. Aquí tienes tres razones para meditar:
- Reduce el estrés y la ansiedad
- Mejora la concentración y el enfoque.
- Aporta bienestar emocional y beneficia el autodescubrimiento.
Y estas son tan solo algunas de las razones para hacerlo.
Existen muchas técnicas para poner iniciar nuestro entrenamiento en el mundo de la meditación; la particularidad que las unifica es que estamos hablando de un tipo de disciplina que no se pueda llegar a adquirir de la noche a la mañana; será muy importante poder ir entrenando la mente poco a poco hasta que llegará el momento en el estemos preparados para iniciar esta estupenda aventura para nuestros sentidos.
A continuación, te hemos preparado una pequeña guía que te ayudará a dar tus primeros pasos en la meditación Zen.
Para más información sobre este tema, te animamos a leer este blog de budismo y meditación.
Meditación Zen paso a paso
Lo que te hace falta
Lo único que nos hace falta es tener una pequeña almohada, aunque esto realmente es opcional ya que dependerá de nuestra posición, así como de las preferencias que tengamos.
También debemos de tener la mente relajada para que sea mucho más fácil que podamos alcanzar el nivel mental que queramos.
Posición
Existen diferentes posiciones que podemos utilizar para empezar; estas son tan solo algunas de las más recomendadas:
- Posición Birmana: Por lo general esta es la posición más simple. En ellas tenemos que estar con las piernas cruzadas en las dos rodillas mientras descansamos sobre el suelo. Es importante que te asegures de que un tobillo este enfrente del otro, y no encima porque podría hacernos daño si mantenemos esta postura durante mucho tiempo.
- Posición de medio Loto (Hankafuza): Para iniciar esta postura tenemos que colocar nuestro pie izquierdo en el muslo derecho y luego meteremos el pie derecho por debajo del muslo izquierdo. Puede parecer un poco complejo de definir, pero, cuando empecemos con la postura nos daremos cuenta de no tiene demasiado misterio.
- Posición completa de Loto (Kekkafuza): Esta posición ya requiere de un poco de más de conocimientos para poder realizarla de la forma correcta. Se considera la más estable y, por ende, no va a ser fácil de conseguir. Lo que tenemos que hacer es poner cada uno de nuestros pies en el muslo opuesto. En un primer momento, esta postura podría llegar a ser un tanto dolorosa; el objetivo consiste en ir insistiendo hasta que nuestros músculos se terminen acostumbrando.
Ahora bien, en ciertos casos no es recomendable, por ejemplo, si tenemos un dolor crónico en la parte de las rodillas.
- Posición de rodillas (Seiza): Por su parte, esta posición es bastante sencilla ya que solo tendremos que colocarnos de rodillas teniendo las caderas descansado sobre los tobillos.
- Posición de la Silla: Realmente no hace falta que nos coloquemos en el suelo para meditar, siempre podemos utilizar el “truco” de una silla. El único requisito que te imponemos es que mantengas la espalda recta para poder evitar dolores y lesiones.
- Posición de pie: Y terminamos con esta postura que es perfecta para todas aquellas personas que no están en disposición de sentarse durante mucho tiempo. La idea es sentarnos manteniendo los pies separados y de manera paralela a los hombros. Los talones deben de colocarse más juntos que los dedos pulgares. Entonces es cuando colocamos las manos en el estómago, nuestra mano derecha en la izquierda y prestamos atención para no cruzar las rodillas.
Meditamos
Empezamos colocando nuestras manos en la mudra cósmica; para poder llevar a cabo este ritual, lo que hacemos es colocar la mano dominante con la palma en posición hacia a arriba mientras que se encarga de sostener la otra que se encontrará en la misma posición.
Opcionalmente podemos colocar los dedos de manera que se toquen ligeramente (no es necesario, aunque existe la creencia que de esta manera es mucho más sencillo relajarnos).
Cerramos los ojos e intentamos desconectar de todo; un buen truco consiste en centrarse en la respiración. Algunas personas dicen que tienen mucha más facilidad para meditar teniendo los ojos medio cerrados; esto ya dependerá de lo que cada persona necesite para entrar en el mundo de la meditación Zen.
Cuenta cada inhalación que cagas y cada exhalación; haz series de 10. Cuando llegues a este número, empieza de nuevo a contar. En el caso de que tu mente empiece a divagar, reconoce tu pensamiento y empieza otra vez el proceso contando desde el número 1.
Deberías hacer esto durante un tiempo aproximado de unos 15 minutos; en el momento en el que consigas llegar hasta 10 sin que ningún pensamiento te interrumpa, será entonces cuando vamos a contar las inhalaciones y las exhalaciones juntas.
Llegará el punto en el que seremos capaces de concentrarnos en nuestra respiración y abandonar la cuenta que estamos haciendo.
Empieza meditando un tiempo de 15 minutos y, a medida que vayas progresando, añade unos 5 minutos al entrenamiento. La idea es que consigas alcanzar los 45 minutos.
Explora el nuevo mundo al que estás entrando y verás cómo tus sentidos te lo agradecen.